miércoles, 30 de diciembre de 2009

FELIZ 2010

FIN DE AÑO:



Dentro de nada... Nochevieja, ¿eh? ¡Qué estrés! Yo en nochevieja me siento... me siento...
no sé, me siento como debe sentirse el toro en plena corrida, ¿no? Cuando llega la fiesta miro alrededor y me da la sensación de que todo el mundo se lo está pasando bien, menos yo.
El estrés comienza con la cena. Aquello parece una prueba del Gran Prix:
Tienes que llevar calzoncillos rojos, tener algo de oro para meterlo en la copa, preparar las doce uvas...
Y contarlas varias veces, porque, como son todas iguales, te equivocas:

- Una, dos, tres, cuatro... una, dos, tres, cuatro, cinco, seis...
Esta pocha ya la he contado... Una, dos... siete, ocho... ¡Joder, las doce menos veinte!
¡Chavalín, trae el Rotring, que las voy a numerar, como en el Bingo!

Y tu madre:

- ¿Queréis venir, que se enfrían las gambas?

Que esa es otra: te tienes que comer todo lo que está en la mesa...
Y antes de las doce! que, con las prisas, más que pelar gambas, parece que estás
desactivando una bomba.

- ¡Coño, las doce menos diez! ¡Mamá, no me da tiempo: hazme un sándwich con el cochinillo, que ya está terminando el programa de humor!
Y no eres el único que está agobiado, ¿eh? No hay más que ver la tele.

Allí están Anne Igartiburu y Manuel Bandera, explicando a toda España cómo funciona un reloj.
Acojonados por si se equivocan:

- Cuando la aguja pequeña esté en las doce y la grande también... serán las doce.

¡Coño, como todas las noches!

- Y entonces bajará la bola y... luego vienen los cuartos, ¡no vayan a empezar a comerse las uvas, ¿eh?

Vamos a ver: ¿por qué nos explican mil veces que no nos comamos las uvas en los cuartos y nadie nos explica por qué coño tiene que bajar una bola? ¿Qué clase de reloj es ése?

Cuando por fin llegan las doce, en toda España se oye lo mismo: Cla, cla, cla, cla... > es la bola>>: cla, cla, cla... Din-don...

- ¡Ah no, que son los cuartos!

Din-don...

- ¡Escupid que son los cuartos!

Din-don...

- Pfbbbbbbbb... ¿qué son qué?

Din-don...

- Los cuartos...

Ton...

- ¡Ahora, ahora!

Ton..

- ¡Una!

- ¡Que no, que vamos por la segunda!

Ton...

- Pues me meto dos...

Ton...

- Seis...

- ¿Cómo que seis?

Ton...

- A mí ya no me caben más, ¿eh?

Ton.. -¡Eh!, ¡deja mis uvas, cabrón!

Ton...

- ¡Es que se me ha caído una al suelo!

Ton...

- Bgrfds...

Ton...

- Bggggdffffff...

Ton...

- A mí ya no me quedan...

Ton...

- Bgggggdffffff....

- ¡Pues a mí me sobran cuatro!

Ton...

- Bfgggggggg, grounfffffff...

Y cuando acaban, toda la familia con la boca llena, a darse besos:
- Feliz año, eeeeeeeeeh, felicidades, grfdddfd...

Y suena el teléfono: ¡riiiiiiiiiing!

- ¡Pero coño! ¿Ya están llamando? ¿No se pueden esperar?

- Pues a mí todavía me sobran dos...

- ¡Champán, que alguien abra el Champán!

Pero, bueno, ¿a vosotros os parece sensato empezar el año así?

¡Qué estrés, de verdad!

Pero como es Nochevieja.... tienes la obligación de divertirte. Así que después te vas a un fiestorro a un sitio en el que, si caben mil personas, el dueño ha decidido meter a cinco
mil doscientas. ¡Muy bien! ¡Cuatro mil doscientas más de las que caben!
¡Quédate en la calle si te apetece, con la pelona que está cayendo!

Así que entras. Lo bueno que tiene ir a un sitio así es que te puede pasar cualquier cosa.
A mí el año pasado me ocurrió de todo. Yo estaba tan tranquilo,tomándome mi cubatita de garrafón, cuando de repente un tío me cogió por detrás y me dijo:

- ¡¡¡¡COOOOOOOOONGAAAAA!!!!!

Y, claro, que vas a hacer, pues te pones a bailar... ¡Eso te lo hace un tío en el autobús y le partes la cara! ¡Pero como es Nochevieja... ! ¡Pues hala! Y de repente te das la vuelta
y llevas cien personas enganchadas. ¡A ver como escapas de ésta!
Porque una conga es como una secta: entrar es muy fácil pero salir es muy jodido.
Porque en el garito hay como doce congas girando a toda pastilla....

Bueno, pues iba yo conduciendo mi conga... por mi derecha, cuando, de pronto, me veo venir en dirección contraria una conga suicida acojonante conducida por un gordo
con casco de vikingo. Yo le iba a hacer ráfagas, pero como las congas no llevan ni luces ni nada... pues, para evitar la colisión, di un giro brusco a la derecha... ¡Y me
tragué entera una columna de espejitos! ¡Siniestro total!

Doce heridos leves y una columna de espejitos destrozada. Y yo, con una ceja abierta tirado en el suelo pensaba: cagao!

Y en ésas, me desmayé.

Al despertar estaba en la sala de urgencias, rodeado por todos los de mi conga.. Algunos todavía no se habían desenganchado; habían venido corriendo detrás de la ambulancia.

Bueno, las urgencias en Nochevieja, hay que vivirlas. Si en la sala caben cincuenta personas, han metido a ciento cincuenta... Como el de la discoteca. Y como allí también es Nochevieja, el camillero lleva un gorrito de moro, la
enfermera un collar de hawaiana y el que te cose la ceja unos dientes de Drácula, ¡que te da una confianza.... ! El tío te dice:

- ¿Qué ha sido? ¿Con una moto?

- No, con una conga.

- ¡Ay!, si es que van como locos con las congas...

Cuando salí de allí me quería ir a mi casa, pero como era Nochevieja, acabé a las ocho de la mañana con la ceja grapada en un bareto...

- Oiga, póngame un chocolate con churros.

- Pues sólo nos queda Nesquik y algunos dónuses... Es que los últimos churros se los han tomado los de una conga, ¡traían un cachondeo...! Había un gordo que llevaba un casco de
vikingo... ¡No le digo más! Y es lo que yo le digo a los clientes: si no disfrutas en Nochevieja, ¿cuándo vas a disfrutar?

Remitente: Manolo M.

domingo, 27 de diciembre de 2009

SELECCIÓN DE PERSONAL EN RECURSOS HUMANOS

El director de Recursos Humanos de una importante consultoría se dispone a hacer una prueba de selección de futuros trabajadores.

Desde la tarima, propone a los candidatos el siguiente problema: -Teniendo en cuenta el volumen que ocupan ustedes, la velocidad de un rayolumínico solar, la suspensión del polvo desplazado por la tiza y las vibraciones emitidas por mis cuerdas vocales, calculen la edad que tengo.


Todos los candidatos tiemblan ante el problema, excepto uno que levanta la mano y dice de inmediato:


¨¨ Cuarenta y cuatro ¨¨


El director se sorprende y pregunta:
Y usted, ¿cómo lo sabe?


¡¡ Porque tengo un hermano que tiene 22, y es medio gilipollas !!

Remitente: Fer

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Excusa original



Remitente: Araperica

martes, 8 de diciembre de 2009

Un catalán y un andaluz

Una de Genios

Van un catalán y un andaluz por la Castellana y se encuentran una lámpara
mágica, el catalán la coje y sale un genio.

Este le dice: Por haberme sacado de la lámpara os concedo un deseo a cada
uno.

El catalán dice: yo quiero que construya un muro de 10 kilómetros de alto y
2 kilómetros de ancho, que nos de la independencia de España y podamos
dirigir nuestro país sin influencia externa.

Y el genio hace "PUM" y lo construye. El catalán casi se muere de
felicidad.

Le dice el genio al andaluz: ¿Tu que vas a querer?.......,

Este se queda pensando un rato y le pregunta al genio:

- Cusha genio, eze muro que lah contruío ar catalán, ¿es hermético?� El
genio: Si, totalmente hermético.

- El andaluz: eze muro... ¿ no se comunica con España por ningún lao?�
El genio: No, esta totalmente aislado.

- El andaluz: ¿eztá también cerrao al mar, o podemo entrá en barco?..�
El genio: Totalmente cerrado al mar.

- El andaluz: poooo siendo asin,..........mmmm..... ¡¡LLENALO DE AGUA
pisha!!.

Remitente: Fauve

viernes, 4 de diciembre de 2009

La vocación

Muchos nos moriremos sin saber cuál es nuestra verdadera vocación. Otros lo averiguaremos tarde o temprano. Los más avispados en su más tierna infancia nos darán inequívocas pistas...





Remitente: Araperica

Como cagarla en un strip tease



Remitente: Neurotransmisores

jueves, 3 de diciembre de 2009

Visto así parece fácil

Si mezclamos sentido del humor, simpatía, juventud, gracia, atrevimiento, sentido musical... El resultado es

Mira el video y lo sabrás


Remitente: Poké

Leyenda urbana

Es una falsa leyenda urbana esa que dice que los hombres no podemos hacer dos (2) cosas a la vez


Remitente: Luis

Leyendas urbanas

Es una falsa leyenda urbana esa que dice que los hombres no podemos hacer dos (2) cosas a la vez


Remitente: Luis